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domingo, 1 de agosto de 2010

Dos años de crisis.¿Cuanto mas? (El Correo 01.08.10)

Dos años de crisis:¿Cuánto mas?

Manfred Nolte

Al término de la primera victoria militar británica sobre Alemania en la segunda guerra mundial, en ‘El Alamein’, Egipto, Winston Churchill alertó severamente contra el optimismo excesivo. “Esto no es el final”-advirtió-“ni siquiera el principio del fin. Tal vez, si acaso, el fin del principio”.

Desde un preceptivo contexto de prudencia sorprende la aseveración de las grandes Instituciones multilaterales (FMI, BM, OCDE) que aventuran el final de la crisis 2008-2010 sugiriendo que el mundo se encamina decididamente hacia la recuperación.

No es ese el diagnóstico que delata el rostro del enfermo. Una ansiedad general e incontenida es la reacción mas visible ante la perspectiva de una larga etapa de crecimientos muy moderados, la impasibilidad o impotencia estructural ante el terrorífico problema del paro e incluso la réplica de una ‘década perdida’ al estilo japonés. Algunos síntomas aislados apuntan a dolencias aun mas preocupantes como la deflación que puede albergarse bajo la oleada de austeridad presupuestaria que se ha desbordado recientemente sobre la UE.

Como reacción a unas circunstancias patéticas, se observa una tendencia general en los particulares por demorar el consumo y ahorrar, y en todos los deudores, sean economías domésticas o empresas, por desapalancar posiciones y hacer frente a las cuantiosas deudas contraídas en la fase de expansión. Ello contribuye a contener los precios y aun reducirlos , creando una espiral de menor demanda y producción aumentando el valor real de las deudas, agravando aun mas la recesión. Una inflación a la baja incrementa los tipos de interés reales agudizando las posiciones deudoras.

Colapsos sectoriales de enorme trascendencia patrimonial como el de la propiedad inmobiliaria o los activos bursátiles descubren a los agentes económicos las traicioneras ventajas de un marco deflacionista. Bajo una tónica de aversión al riesgo, se generaliza un sentimiento ‘bajista’, a la espera de oportunidades futuras a precios mas favorables.

En Estados Unidos de América, el ‘Libro Beige’ se muestra cauteloso. Caen la confianza del consumidor, las ventas minoristas y la transmisión de viviendas. El índice de precios al consumo se redujo en junio por tercer mes consecutivo. Crece el PIB del segundo trimestre un 2,1% aunque por debajo del consenso del 2,5-3%. Desafortunadamente también crecen los inventarios y el número de préstamos fallidos. Un reciente informe demuestra que la economía americana no recuperará los empleos perdidos en la crisis hasta 2014. La tasa de paro no registrará los valores pre-recesión hasta 2021.

Eric Rosenberg, alude al “enorme exceso de capacidad de la economía USA que puede conducir a la desinflación”. Para el presidente Bernake, “los riesgos del crecimiento están ponderados a la baja”, lo que en el lenguaje de la FED descuenta importantes incertidumbres inmediatas.


En Europa las cosas no lucen mejor. La inflación se sitúa en el 0,7% (a/a). Sin posibilidad de devaluar sus monedas, las economías europeas, con un reducido número de excepciones, no tendrán otra opción que rebajar salarios y otros beneficios sociales o inmolarse en la sima de su creciente paro . Los recortes salariales junto a la austeridad presupuestaria ejercerán una presión bajista sobre los precios. Las empresas trabajan muy por debajo de su capacidad y el desempleo se halla a niveles del 10 por ciento, mientras algunos países periféricos como España duplican dicha tasa. Según datos de Eurostat, extrapolando la trayectoria de crecimiento del PIB en la época pre-crisis y comparándola a los niveles actuales de producción, 2010 contabiliza un gap de casi 10 puntos porcentuales en relación a 2007. Esta diferencia entre producto efectivo y potencial- estrechamente correlacionada a los niveles de paro- tardará años en enjugarse, siempre bajo escenarios de crecimientos positivos. La previsión de crecimiento para la eurozona es del 0,9% para el 2010 y del 0,7% para el año próximo.

Lamentablemente, estos sombríos decorados, concuerdan con el veredicto de la historia.
Michael Boskin ha concluido de sus investigaciones del pasado reciente que, en occidente, las recaídas se erigen mas en la regla que en la excepción. El inicio de los 80 es un claro ejemplo de recuperaciones estables que abocan súbitamente en recesión. Estados Unidos, Alemania, Reino Unido Japón e Italia registraron trayectorias alternantes de dos escalones(double-dip).La recesión USA de 2001 también contabilizó un retroceso puntual. Japón padeció tres recesiones en la ‘década perdida’ que se inició en 1990.
Aunque no estamos abocados ciegamente a la catástrofe, la experiencia advierte que una nueva recaída no sería una excepción, antes de abordar la senda definitiva del crecimiento sostenible.
Para entonces habrán cambiado muchas cosas en el sistema. Pero ese es tema para otra ocasión.

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