Hoy, el cuadro del desarrollo se despliega en múltiples ámbitos. Los actores y las causas, tanto del subdesarrollo como del desarrollo, son diversos, sus culpas y méritos diferentes. Esto debería llevar a liberarse de las ideologías, que con frecuencia simplifican de manera artificiosa la realidad, y a examinar con objetividad la dimensión humana de los problemas….La línea de demarcación entre países ricos y pobres no es ahora tan neta como en tiempos…anteriores... La riqueza mundial crece en términos absolutos, pero aumentan también las desigualdades. En los países ricos, nuevas categorías sociales se empobrecen y nacen nuevas miserias. En las zonas más pobres, algunos grupos gozan de un tipo de superdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con situaciones persistentes de indigencia deshumanizadora. Se sigue produciendo «el escándalo de las disparidades hirientes». Lamentablemente, hay corrupción e ilegalidad tanto en el comportamiento de sujetos económicos y políticos de los países ricos, nuevos y antiguos, como en los países pobres. La falta de respeto de los derechos humanos de los trabajadores es provocada a veces por grandes empresas multinacionales pero también por grupos de producción local. Las ayudas internacionales se han desviado con frecuencia de su finalidad por irresponsabilidades tanto de los donantes como de los beneficiarios. Podemos encontrar la misma articulación de imputaciones también en el ámbito de las causas inmateriales o culturales del desarrollo y el subdesarrollo.(Caritas in Veritate 22)
Oportuna cita de Benedicto XVI en su útima encíclica y foto extraordinariamente sugerente. Quien también añadía que la ayuda a los países pobres podía ser también una alternativa para salir de la actual crisis económica.
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